jueves, 20 de marzo de 2014

Fútbol: Rubén Rojas "El Profe" Reconocido Preparador físico y Estratega del Fútbol del Barrio de Tepito, Parte 2.


Orgulloso de su familia, Conocido como "El Profe Rojas, "El Joy", "Ruben o Rojitas", admirable esposo padre y abuelo. Rubén Rojas a lado de su Gran Familia,  no se dio por vencido al finalizar su carrera como jugador profesional, en el Fútbol es Afiliado a la Federación Mexicana de Fútbol 




Formo parte de equipos de tercera división y equipos amateurs, preparando jóvenes como a el lo prepararon, formando y entrenando grandes Equipos en Segunda y Tercera División, tanto como en la Liga de Fútbol de Tepito.

Tuvo la suerte de tener su equipo de tercera división, patrocinado por la Corona,(Cervecería Modelo) en sociedad junto con otro profesor que estuvo como director técnico, sociedad que no tuvo éxito por malos manejos por el socio y termino por abandonarla. 




El Presidente de la Tercera División, Joaquín Soria Navas, le dio la oportunidad de tener un Equipo de Tercera.

En equipos amateurs, participo en los Torneo de los Barrios, Borrego de Plata, Norte Sur, El Guajolote, La Esmeralda, Copa Ovaciones y Copa Ciudad de México, representando al EMIFEM en Eduardo Molina.
Trae a Tepito a jugar un partido al Equipo Del América veteranos Francisco Macedo, Juan Hernández, Cuchillo Herrera, Fanny Munguia, Manolo Rodriguez 






Un equipo muy importante para él, es el Equipo Florida de Tepito Nery, representando a la liga junto con  Aurelio Sanchez Nery, quien le abrió las puertas para dirigir el equipo y a quien tiene 30 de conocerlo, equipo con el cual ganaron muchos campeonatos representando a la liga, un partido representativo fue cuando jugaron en la Federación Mexicana, fueron eliminados por un Equipo del Ejercito con puras tranzas, porque no les tocaba ese equipo, mientras la banda sonora del ejercito tocaba y distraía al equipo empataron y se fueron a los penales y perdieron  por la vía de los penales, partido que si hubieran ganado, consistía para el campeón un viaje a Cuba.


"Aurelio Nery siempre fue una persona muy maravillosa, el siempre nos dio todo, nos llevo a pasear, fue un buen patrocinador por dos temporadas, nos dio uniformes por temporada, el daba toda la disposición, comidas trago, convivencia, mariachis, algo importante para el equipo". Comenta Rubén





Dirigió al equipo de Alejadra Barrios, ganando varios campeonatos en torneos,
con la sabiduría y habilidad de talentos del estratega. En Tepito, hay muchos jugadores que no han tenido las oportunidades, por que en el barrio hay buenos jugadores pero no hay interés, no hay dinero y existen malos caminos que los absorben. "JoY"

El deporte le ha dado la fortaleza para seguir viviendo, "El Joy" comenta, "Si Dejo de participar la vida del fútbol, me van a salir todas las enfermedades, me voy a deprimir", él constantemente se prepara, medita como debe jugar, como debe de tener su táctica, ya que todos los partidos son diferentes, y siempre debe de tener una estrategia bien estudiada. 

Vivió en Cancún, cinco temporadas y pre temporadas, preparando jóvenes para el Club Ejidatarios de Bonfil los Pioneros de Cancún, después tuvo su  filial en el barrio y comenzó a llevar a Cancún varios jugadores, dando talentos al fútbol, ha llevado 8, de esos ocho firmaron 5 y uno lo debuta como titular.



Rubén sigue formando jugadores para fomentar el deporte, seguir transmitiendo y obsequiando jugadores que tiene cualidades y buen perfil. El proceso para llevar a un jugador tiene que pasar 9 meses, tiene que pasar filtros de técnica, táctica y  físico, que se requieren para un jugador profesional. 

Forma un equipo femenil, en su  primer año saca campeón a 36 jovencitas, de las cuales hizo un selectivo de 9 meses, primer equipo y segundo equipo disputando la final con ambos equipos.

El Director del DIF de Tepito,  le dio la oportunidad para entrenar y preparar a niños de 7 a 15 años, hoy es  la sede del Centro de Formación de Rubén Rojas en el antiguo predio conocido como “La Fortaleza”, en Jesús Carranza No.33.

Su meta es sacar jugadores profesionales, fortaleciendo el rendimiento de los niños, para así poder llevar a jugadores de alto rendimiento.

En el DIF Tepito, fueron invitados para participar en el próximo torneo "Nuevos Talentos del DIF" a nivel Distrito Federal, "El profe" se encuentra haciendo un selectivo de lo mejor que ha formado en estos nueve meses, preparándolos a que vayan con la mentalidad de Triunfo.

Ha tenido la gusto de sacar 37 Trofeos el año 2013, el mejor Jugador Categoría 7 y 8 Años, el mejor jugador categoría 9 y 10 años y el trofeo de Sub-Campeón.


"El Joy" Tiene las puertas abiertas e Invita a lo niños de las Categorías de 7 a 8, Máximo 15 años. 

Los jugadores que se lleguen a inscribir deben de tener calidad de persona y cómo deportistas, y debe ser mejor que el que tiene en la banca, para así seguir fomentando el deporte y el fútbol, eso es para no retrasar su plan de trabajo a nivel profesional. 

El Profe" tiene 71 años de edad y 49 años seleccionando y preparando jugadores amateur y a nivel profesional. Sigue en sus entrenamientos, y tienen como fin seleccionar a los nuevos talentos para conformar un equipo de fútbol triunfador con aspiraciones a Nivel Profesional.

¡¡Gracias!! ¡¡JOY!!

Periodista
@LaTranzaTepito

Algunos Recuerdos Fotográficos de Rubén Rojas "El Profe"

Fuerzas Básicas del Club Guadalajara




                           

domingo, 16 de marzo de 2014

Arte y Cultura, " De Tu Arte a Mi Arte Prefiero Mi'arte..." Juan Ponce Guardián, Fotógrafo de la Época de Oro

Nacido en el barrio bravo de Tepito, Rivero, en el corazón de la Ciudad de México, el fotógrafo Juan Ponce Guardián se distinguió por captar a divas y vedettes de los teatros de variedad para adultos. Durante 20 años, el reportero gráfico, retrató para distintas publicaciones, prácticamente todas las luminarias de la época de oro, del espectáculo para mayores de edad durante sus actuaciones o en sesiones privadas.


Recientemente, las autoridades culturales calificaron a Ponce Guardián como un talento fotográfico que supo exhibir el estilo de vida, frescura y ternura de las bailarinas, muchos de las cuales incrementaron su fama al participar en películas y programas de televisión.





El escritor Carlos Monsiváis decía que el cabaret no es el infierno sino el paraíso habitado por fornicadores. Y al fotógrafo Juan Ponce Guadián le gustó desde muy joven el ambiente de esos lugares que destilaban lujuria, baile, amor y desamor. Tenía 17 años de edad y daba su “moche” para poder ingresar a esos sitios míticos como el Siglo XX, Club de los Artistas, Tío Sam, Apolo, Teatro Iris o al Fru Fru.


Primero como aficionado y luego como reportero gráfico captó a las mujeres más hermosas de la noche chilanga de los sesenta y setenta, aquellas divas y vedettes de los teatros de variedad para adultos. En 1963 ingresó al diario El Metropolitano por recomendación del reportero de la fuente policiaca el Chato Azcona y de inmediato le pidieron fotografiar a Yoko, una mujer bajita pero con un cuerpo precioso. La orden fue clara: “tome fotos del show y en camerinos”.



Para impresionar a sus jefes llevó negativos 6X6 y cinco rollos de 120. Empezó a hacer clicks pero se le complicó demasiado porque usó una Yashica bifocal, no apta para el movimiento. A la hora de entregar el material su jefe le dijo “mire Poncecito esto es lo que debe tomar” y con la mano derecha le mostró sólo tres de las 200 fotos que había sacado; las otras las rompió y las tiró a la basura. Ese momento fue definitivo porque le pegó en su orgullo, la falta de experiencia exhibió su trabajo fuera de foco.





Además de trabajar como freelance, Juan tenía un taller y una pegadora de zapatos en Tepito, donde vivía con su familia oriunda de León, Guanajuato. Desde los 12 años se independizó y siempre había dinero en su cartera. Un día sus hermanos lo invitaron a una fiesta en Kodak México donde laboraban y quedó fascinado por el ambiente y por las “chamacas muy guapas y arregladitas”. Al poco tiempo entró como laboratorista y ahí aprendió el arte de revelar y descubrir los grises y conseguir contrastes perfectos.

Siempre tomaba la cámara de su hermano, una Brownie Fiesta, y vestía a sus amiguitas de la cuadra de rumberas y vedettes. Así comenzó su amor por la fotografía y su obsesión por el cuerpo femenino. Nunca imaginó que a sus 69 años tendría un reconocimiento importante por su labor fotográfica en periódicos y revistas como La Prensa, El Sol de México, Excélsior, El Universal, Sir y Órbita.
Todas esas publicaciones le pedían imágenes sensuales de mujeres como Sasha Montenegro, Lyn May, Cleopatra, Paulette, Meche Carreño, Ivonne Govea, Olga Muñiz, Cristina Molina, Isela Vega entre otras vedettes, que lo mismo fueron protagonistas en “películas de ficheras” como en el teatro de burlesque. Recientemente su incalculable material fotográfico ha saltado a las galerías como la José María Velasco y espacios públicos como el del Sistema de Transporte Colectivo Metro.

La serie fotográfica de Juan Ponce Guadián no sólo es un notable testimonio visual de lo que fue la vida nocturna de la Ciudad de México sino un documento imprescindible para entender mejor esta parte de la cultura popular sin maniqueísmos, alejándose de la idea estereotipada que el cuerpo femenino es objeto sexual o simple pornografía. Por el contrario, es la voluntad de ser una experiencia, un misterio ante los ojos del otro. Una sensibilidad y una fantasía. Una intuición de luminosidad.



La Tranza Tepito
RGC
Periodista


sábado, 15 de marzo de 2014

Futbol: "¡¡¡Échale Corazón, humildad papá..!!!" Carrera Amateur y Profesional de Rubén Rojas "El Profe" Rojas, Primera Parte.


Primer Equipo Palmeiras en 1962, 12 de Noviembre, Peñón de los Baños,  15 años.

Rubén Rojas vivió su niñez en el barrio de la Merced, en el segundo Callejón de Manzanares numero 9, posteriormente se fue a vivir al barrio de Tepito, Jesús Carranza, de familia humilde y comerciante de fruta, era aficionado al béisbol y a los 7 años lo invitaron  a jugar fútbol pero el no lo practicaba, un ex-jugador del equipo Pachuca, lo veía como dominaba su pelota de béisbol, y un día le hablo y le pregunto, ¿Oye Rubén, tú juegas fútbol?, a lo que Rubén contesto: no, no me gusta, cómo no te gusta si ve lo que haces con una pelota de béisbol, que no harás con el balón!!... No, pues no me gusta señor, y así siguió jugando béisbol. Hasta que a la edad de 12 años, el ex-jugador del Pachuca lo llevo a probarse a fuerzas básicas del Club Pachuca, recomendado, y de ahí llego al Club Zacatepec, que es uno de los equipos más añejos y de mayor tradición del fútbol mexicano, con José "BigotónVela, donde ya estaban jugadores hechos como Carlos Lara, mejor conocido como "El Charro" Lara, brasileños y muchos extranjeros, y no se inicio.



Pero ya estaba en la mira de alguien, de un visor, quien le dijo: Flaco ven acá, juegas muy bien, ¿en que equipo juegas?, a lo que contesto Rubén: No juego, el visor se quedo perplejo al saber que no jugaba y reconocer que Rubén, tenía buen juego de pelota, pero en eso el entrenador Alejando Padilla del equipo Atlante, quien le ve cualidades, prometiendo iniciarlo y prepararlo, para pulir todas sus cualidades, pero tenía que pedirle permiso a sus padres, por que Rubén era menor de edad, su padre accedió, el niño comenzó sus primeros entrenamientos, donde consistía en observar su estilo de golpeo, colocando unas marcas en la pared, pegándole al balón con las dos piernas, izquierda y derecha, a una distancia mientras su entrenador le tomaba el tiempo para ver cuanto golpeo tenía, después el entrenador lo puso a cabecear para ver su remate, parietal, izquierdo, derecho, de frente, posteriormente pasaron a la recepción con el objetivo de recibir el balón, controlarlo, pasaron a las dominadas, y por ultimo la conducción la acción  que consiste en trasladar el balón por el terreno de juego con ambos pies de ida y vuelta en 10 metros, Rubén lo hizo todo a la perfección, el entrenador le comentó impresionado; ¡pero si tú eres un garbanzo de a libra!, tienes mucho ángel y traes fútbol.




Rubén entro al Primer Campo de Pruebas del Heraldo, hecho por El Heraldo de México creado por  Teodoro Cano, Periodista, donde lo lleva su entrenador lo presenta, y comienzan a formar los equipos, donde comienza a jugar y el equipo de Rojas, sale Campeón, en ese tiempo el equipo de pruebas del Heraldo, se llamaba Tlaxcaltecas y jugaron los 8 últimos partidos en el Estadio Azteca, saliendo Campeones, donde obtuvo una estatuilla que representa al último tlatoani mexica, Cuauhtémoc, ataviado con traje de gala, un penacho y sosteniendo una lanza.

A Partir de ahí, le salieron muchas propuestas, su entrenador le pregunto, ¿Dónde te quieres ir a probar?, y Rubén le dijo que eso iba a estar muy difícil, ya que tenían que pedir permiso primero a sus padres, ellos accedieron,  él se enfoco más, tenía muchas ganas y le entro el cosquilleo, así que fueron y volvieron hablar con sus padres, en ese tiempo el equipo de Felipe "Marrana'' Castañeda, ex portero del Atlante (1942-1943), le decían "La Marrana", porque acostumbraba escupirle al balón cada vez que lo tomaba en sus manos, y entrenador en ese entonces del los Cuerudos de Ciudad Victoria.

Rubén, no se encontraba listo para probarse pues el estaba feliz jugando con sus amigos en la Balbuena, donde jugaba, no llevaba, short, camisa ni  zapatos de fútbol, nada, no sabía ni que era una prueba ni en que consistía y  un amigo que tenía el equipo deportivo adecuado, se lo presto y lo animo a que entrara a probarse, "El Flaco" como le dicen sus amigos, comenzó a jugar, pasaban los minutos y de repente, Goool! del Flaco y Goool!! del Flaco, termina el partido. Felipe Castañeda se acerco a él, se presento, y le dijo dijo: "ando buscando talentos, tenemos partidos en Azcapotzalco, quiero formar un selectivo y lo que saque de aquí para enfrentarnos con los equipos de allá, para que pueda hacer una visoria".
Los equipos se enfrentaron y El equipo de "El Flaco" gana, metiendo cinco goles, desde ese momento el entrenador, ya no lo soltó.

"La Marrana", le lanza un aviso, sabes que tenemos que hablar con tus padres porque te vas a jugar a Ciudad Victoria, Rubén, se impacto, y se preguntaba ¿A qué voy?, sus padres rechazaron rotundamente la idea, porque no sabían con quien se iría, ya que aún, era un niño. Su hermano mayor lo apoyo, e hizo las maletas y se fue con él, con gastos pagados de la directiva, pero la nostalgia le gano a Rubén y se regreso a la Ciudad.

Ya estando en la ciudad, lo busco el entrenador del Atlante, Alejando Padilla, para saber que era lo que había sucedido, quien en sabias palabras le dijo, "Ya te diste cuenta esto es una profesión, grábatelo, esto es dedicarse, por que tienes algo y tú vas a ser grande", quien en ese momento y sin pensarlo lo recomendó al Equipo de Texcoco (Los Carneros de Texcoco), donde el entrenador tenía un contacto. Rubén, tenía 17 años, comienza a entrenar a preparar su acondicionamiento físico, a los 8 días, llega su primer contrato, él se emociono ya que su paga sería de 300 pesos y le pagarían por jugar.


Rubén Rojas fue tomado en cuenta, citado en el estadio, para iniciar y enfrentarse con un Morelia recién descendido de primera división (1967-68), que jugaría con todas sus estrellas, El Flaco, ya estando en el vestidor, alistándose y estrenando su nuevo uniforme, en ese momento en los altavoces del estadio a todo volumen, se escucha: "Rubén Rojas con el Numero 9, la presentación del jugador salido del primer campo de pruebas del Heraldo, el goleador, Rubén Rojas", su primera reacción del futbolista al escuchar, se emociono y se dirigió al altar de la Virgen de Guadalupe, se persigno, y salió a la cancha, el estadio lleno lo impresiono, al verlo se le quitaron los nervios, comenzó a hacer movimientos de calentamiento a soltarse y al iniciar el encuentro a los 12 minutos, "El Flaco" mete su primer Gol a un equipo de primera división, casi al finalizar el partido mete el segundo gol, pero recibió amenazas del portero contrario, y en una jugada, Rubén entra a rematar de cabeza y en los aires del área chica, el portero le propina un rodillazo en las costillas, sacando el aire del delantero que quiso incorporarse pero el golpe fue tan fuerte, que el entrenador opto por sacarlo de cambio, el publico desde las tribunas lo ovaciono, se escuchaban los gritos "Bien Rojas, Bien" y los periodistas en el vestidor lo buscaron para tomarle fotos posando y dominando el balón.

En su debut, siguió alineando, recorriendo toda la república y metiendo goles. Quitando el invicto al Tepic, en esa temporada, 32 fechas que el equipo no perdía, el flaco mete un gol de palomita, pero lo mete con la mano, la gente del equipo contrario se les echo encima, que tuvieron que salir resguardados por el ejercito ya que la gente les amenazaba, consecuencias que le costaron por meter el gol. En esa temporada el Texcoco se va a tercera división.

El ingeniero Aguilar, dueño del equipo de Texcoco, lo manda a llamar, para decirle: "Rojas, es algo meritorio para ti, te voy a obsequiar tu carta porque tu sin ser de Texcoco, todo lo que lograste, todo lo que hiciste, de que el equipo se vaya a tercera no es tu culpa, tu seguías metiendo goles, perdían, pero metías goles y el merito fue tuyo personal, porque fuiste goleador.

Primer Partido Torreon Vs Oro Guadalajara, Jorge Flores 1966


Y la primer prueba como profesional, con su carta en mano, fue a probarse al Equipo Torreón, acompañado de sus hermanos, con gastos pagados tres meses, donde estuvo jugando temporada y media, termina la relación con Torreón, ahora el Santos, se fue a Ciudad Victoria, regreso a probarse al equipo de los "Cuerudos", termino su temporada, y jugó con los  "Jabatos" en Monterrey, finalizo su contrato y llego a San Luis, con un amigo inseparable Rafel Loeza (un gran medio del San Luis que falleció cuando tripulaba su automóvil y chocó contra una palmera en la avenida CarranzaSan Luis Potosí), entreno con Salvador "Chava" Reyes, que en ese tiempo era jugador y entrenador. Firmo con León (1968-69) y lo presto a Curtidores, y tuvo la oportunidad de estar con Luis "El Chino" Estrada: ídolo en los sesenta y setenta, campeón de goleo y también uno de los máximos anotadores del León, Darío Miranda, mejor conocido como la ‘Pantera Rosa’ ex arquero leonés, y los hermanos Gil y Efraín Loza los "Hermanos Muerte", jugadores de renombre, dejo al león- curtidores, agradeciendo al entrenador Luna, por haberle dado la oportunidad de haber participado con el.



Llego al Atlante, donde jugó y conoció a Bernardo "Manolete" Hernández, Alberto "TuboRodríguez, Jugando sólo una temporada. De ahí, se fue a El Club Deportivo Cuautla, dirigido por Donato Alonso, ahí conoció Marino Guevara un gran delantero, donde termina su contrato.


Se prueba con el Zacatepec, que en ese entonces dependía del Ingenio, ahí le dieron la oportunidad con la ayuda de amigos que militaban para ese equipo, los cuales conocía de otros equipos, en su primer partido jugado, mete cuatro goles en su presentación y firma contrato,se queda 5 meses en el equipo y lo prestan al Club Deportivo Zapata, A.C, que había ascendido de tercera a segunda división, comenzó a jugar con Clementino Espin, Lino Esipin, Cirilo “Diablo” Peralta, los hijos de la "La Cira" Dávila, Rafael Millan y le decían "La Ametralladora", Salgado, El Rabo y el Pajarito Septién, jugadores que ya habían jugado en primera y con renombre. Fue ahí donde dio fin a su carrera profesional, dando a conocer su mejor esfuerzo donde su mejor satisfacción fue meter goles.

Continuara...

Periodista
@LaTranzaAvanza

viernes, 14 de marzo de 2014

Tepito, mi barrio, Ricardo Rocha Periodista

Tepito, mi barrio 



“¡Se oye el rumor de un pregonaaaar…!” Los bailes en la vecindad siempre comenzaban así, con el canto poderoso y dulcísimo de convocatoria irresistible de Celia Cruz y su inolvidable “Yerberito”. Fue durante un tiempo sin tiempo. En el 35 de Peluqueros, junto a la pulquería La Hermosa Ofelia. Donde los más de 100 que habitábamos los 16 “interiores” habíamos proclamado reina a la Virgen de Guadalupe, que nos cuidaba en su altar de la entrada. 



Yo creo que hasta a ella le gustaban los bailes. Cualquier pretexto era bueno. 


El cumpleaños de don Juan, el policía del seis, alguna de las fiestas patrias o el santo de cualquier Pepe o María, que no faltaban. Aunque a mí los que me gustaban eran los bailes de cuando peleaba “El Ratón”. ¿Cómo qué cuál? pos el único, el glorioso Raúl, Raulito, “El Ratón” Macías, aquel que todo se lo debía a su manager, don Pancho Rosales, y a nuestra virgencita, por supuesto. Y es que “El Ratón” no era sólo un ídolo. Eso se queda corto, gacho de a tiro. “El Ratón” era mucho más; era un mito viviente, era un símbolo, era un orgullo grandotote, era una razón de ser. “El Ratón” Macías era Tepito y el Tepito del “Ratón” era todo México, pa’ que me entiendan. 

Por eso era una gloria cada vez que ganaba. Cuando, por arte de magia, se aparecían los de “el sonido”. Unos ñeros que colgaban de las azoteas un par de bocinas e instalaban un aparato grande y gordo en el que giraban los pesados y negros discos de pasta; en ellos se encajaban las agujas metálicas que producían el portento nunca explicado: “…el yerberito llegoooo, lleeegoo”. Y luego, el milagro de la multiplicación de los novios bailarines, los papás y las mamás, los gorrones de otras vecindades, los “organizadores” que serpenteaban con charolas de medias noches untadas de jamón del diablo y cubas pintaditas de ron, hasta los escuincles que nomás andábamos viéndoles las piernas a las muchachas al vuelo de las crinolinas. “Traigo yerba santa, pa’ la garganta”. Y luego el otro milagro inconcebible: ¡cómo cabíamos todos en esa tirita de espacio que llamábamos vecindad! 

Ese Tepito de prodigios es el que yo recuerdo y siempre traigo en el corazón. 

Salí a los 11 años. Pero lo que ahí viví se me quedó para siempre: para empezar, ese sentido de pertenencia colectiva no a un número, por supuesto, sino a lo que éste representaba: la indicación callejera de todo un microcosmos al interior de esa puerta desvencijada o de plano inexistente; yo soy del 21, pues yo del 28, y yo del 35, pero todos somos de Tepito. Como si con esas sumas minúsculas conformáramos una pequeña nación con nuestras fronteras, nuestro territorio, nuestro modo de hablar y de ser que nos hacía tan distintos a todos los demás, con ese algo que llamamos identidad. Por eso a mí no me ofende lo de tepiteño; me enorgullece. Porque, díganme, en una ciudad tan gigantesca y abigarrada cuántos barrios o colonias pueden presumir de tener hijos para toda la vida. 

Será que también por eso me duele Tepito. Por todo lo que ahora se dice de él: 

como si fuera el origen de todos los males; de todo lo violento y feo que hoy mancha la capital. Como si ahí se gestaran todos los pecados de esta ciudad de México. Y me duelen también, por supuesto, los 12 chavos desaparecidos y la probabilidad infame de su destino; me enfurece que, siendo víctimas, se les haya criminalizado con los delitos de “origen manifiesto” y “portación de pariente prohibido”. Y espero todavía que estén vivos. Y que en cualquier caso se haga justicia. 

Pero espero, sobre todo, que el actual gobierno de Miguel Ángel Mancera entienda por fin la compleja crónica fenomenológica de siglos. Desde que era el lugar del trueque y el comercio en Tenochtitlan a lo que es ahora. Que él, sus funcionarios y todos en el Distrito Federal entendamos que son mayoría de miles los que todos los días salen de ahí a trabajar honradamente.
Que Tepito no es un ghetto de criminales. 
Es, en cambio, un barrio bravo, por pura necesidad. 


Periodista  Director General de la Agencia Detrás de la Noticia


¡¡Gracias!! ¡¡Maestro!!
Periodista
@LaTranzaTepito